22/6/07

Construyendo entuertos. Dichosa, dichosa mente.


¿Nadie percibe las contradicciones? ¿He mencionado que todo trata de lo mismo? ¿He escrito alguna vez las mismas palabras? Bien... ¿Para qué evitar lo inevitable? Perdona, ¿molesto? Bien... Es lo que tiene echar agua al mar, quemar al Sol, gritar a las voces...


A veces daba más relevancia a las indirectas que a sus propias emociones. A veces incluso se aferraba a incongruentes recursos para salir de sus propios disgustos. Le servía un mísero papel y un resquicio de ilusión. Sí, la misma ilusión que meses atrás le cubría los ojos. La misma ilusión con la que deambulaba a tientas por un suelo lleno de falsa alegría y de verdades escondidas tras el muro de la felicidad. Su cabeza volvía al pesimismo. No era capaz de continuar con su odio y sus ansias de maldad. Difícilmente podía estancarse en un pensamiento neutral porque rápidamente se tiraba a un extremo. Un extremo negativo. Un extremo lleno de odio, rabia y rencor, o bien un extremo pesimista, más real.
Durante su estancia en el hospital se vio envuelta en una nube de pensamientos marcados por un impulso. Iria lo comparó con un haz de cierto gas asqueroso, pegajoso, tóxico. Ese gas que la condujo por el camino de la realidad, de la coherencia, le permitió salir de la ceguera. Ahora no estaba perdida pero su dichosa mente prentendía crearle esa imagen de persona desgraciada, algo que ni ella misma pensaba. Sin embargo, todo era demasiado subjetivo. Su dichosa mente no la dejaba definirse ni tener claros algunos de los conceptos más básicos para subsistir. ¿Cómo una persona puede dejar de ser fiel a sus ajustados principios en menos de cinco minutos? ¿Es cierto que una cosa puede carecer de importancia en excasos segundos?
La cabeza estalla cuando uno tiene diversos enredos mentales pero Iria la mantenía cosida con hilos invisibles de... todo. De todas las emociones que habían aflorado desde su nacimiento, de todos los hechos, de las quiméricas verdades. Incluso de la ya típica, reiterativa, contradictoria e inmunda mierda.

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