
Había una vez un lugar. Elígelo e iremos juntos. Si no quieres puedo hacer algo para ti. Para ti que no existes, para ti que te alejas y te escondes. Para ti que no quieres ver.
Interesante era una palabra descartada en su actual vida y el sentimiento de atención el más deseado en los peores momentos. ¿Qué más da la apariencia que pueda soslayar? Al fin y al cabo somos dueños de todo. Todo que es nada. Nada que es lo que somos y, aún así, somos importantes. Disponemos de infinitas palabras para expresar sentimientos. Sentimientos que ni siquiera conocemos con precisión. Sentimientos simples que torcemos con nuestra naturaleza errónea. Iria añoraba los viejos tiempos, esos que ahora conjugaban una imagen de anciana en su frágil e inacabada piel. Pensaba en momentos desfasados que jamás recuperaría y con los que sentía.
"Dime qué sientes ahora, cuando sientes." Le encantaría volver a tocar rostros, sentir abrazos y apreciar ese olor. Todo aquello que había suprimido, podría convertirse en lo más deseado. Había creado un pedestal que alguien debía ocupar...
2 comentarios:
somos dueños de nosotros mismos, eso es lo que quieres decir?
y las circunstancias? y lo que hay en nuestro alrededor?
influyen, sí, pero ya ves como son las cosas. a veces no hace falta complicar las cosas y la confianza debe aparecer.
...piensan en mi, luego existo...
Nunca seremos dueños de nada porque es eso lo que sabemos. NADA.
La confianza es una simple actitud que nosotros creamos, marcamos, delimitamos.
No hace falta complicar pero tendemos a hacerlo; bien sea consciente o inconscientemente.
Es mejor no creer en las personas para entender mejor. Aunque no siempre es posible y no entendemos pero al menos así no conocemos demasiadas cosas. Que eso debe ser bueno, creo.
Con esto último insisto en que tendemos a complicar.
Publicar un comentario