Navidad.
Estado de armonía y satisfacción ante un cúmulo de días diáfanos, efímeros pero reconfortantes. Armonía gloriosa en el ambiente y vibraciones relajantes. Encuentros en terceras fases, saludos, sonrisas y vuelta a empezar. Todo ello en el supuesto de, o lo que es lo mismo, en una burbuja gigante, hermética, que simula un modo de vida perfecta aunque aislada.
Estado de armonía y satisfacción ante un cúmulo de días diáfanos, efímeros pero reconfortantes. Armonía gloriosa en el ambiente y vibraciones relajantes. Encuentros en terceras fases, saludos, sonrisas y vuelta a empezar. Todo ello en el supuesto de, o lo que es lo mismo, en una burbuja gigante, hermética, que simula un modo de vida perfecta aunque aislada.
¿La realidad? Veinte días de preparación masiva con resultados más que difusos.
¿Las consecuencias? Convertir todo lo previamente conocido en algo desconocido que se conoce muy bien.
Imagen: armonía en esencia.
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