No me gustan vuestros ojos ni la forma en que la comisura de vuestros labios asciende al sonreir. Menos me gusta la combinación de ambos.
No me gusta competir a ver quién saca la sonrisa más perfecta o la carcajada más alta, sobre todo cuando sonrío y me río entre gente superficial que dice ser profunda.
Y yo me pregunto si en la profundidad de lo que es superficial existe algo verdadero, si existe alguna capa, línea, muro que distinga el silencio de las ganas de hablar y que haga que no podamos atravesar uno u otro lado.
Y ya puestos a no encontrar el punto medio perfecto, equilibrado y puede que sensato: hablad, callad.
Lluvia en el cerebro.
2 comentarios:
creyiala blogueramente muerta.
La sonrisa ye la llume de la vida....
ya se echaba de menos un poco de movimiento por aqui. me gusta el nuevo aire con el que enfocas lo que escribes. el texto: muy tuyo,muy tú. un abrazo, prometeo
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