1/8/07

Ñam, ñam.


¿Qué quieres que te diga cuando me vienes a ver?
- Hola, ¿qué tal?
- Muy bien.
- Me voy, tengo cosas que hacer.
- A ver si es verdad que no haces nada.
- Es mi obligación buscar un hada y... nada de nada.
Extremoduro - Cabezabajo.



Aunque creas caminar firme, siempre existirá una franja vacía entre el suelo real y tus pies. Aunque creas no olvidar, siempre existirá una franja vacía entre el recuerdo y el presente. Aunque creas estar bien, siempre existirá una franja vacía entre tu felicidad y mi realidad. Aunque creas no pensar, siempre existirá una franja vacía entre tu mente y tu deseo.

¿Aún crees que no estamos ciegos? ¿Aún creéis que yo disimularé vuestra drástica manera de fingir? Vamos, no seáis ilusos ni tampoco hipócritas. Al menos, no os excedáis siéndolo.

Veni, vidi, vici.



Momentáneamente el tiempo se paró en aquella sala y nadie salvo Iria se dio cuenta de ello. No pensaba criticar ninguna opinión, pero sí estaba dispuesta a discrepar acerca de actitudes innecesarias en esos momentos. Hacía tiempo que no creía pero hacía el mismo tiempo que no conseguía dudar en cuanto a falsas respuestas se refiere. Era algo que todo el mundo debía aceptar, ante lo que todos tendrían que asentir, balbucear, callar y esperar. Demasiados errores últimamente. Errores impensables, infructuosos. Asumiría su culpabilidad y su remordimiento pero los demás debían reconocer su capacidad para captar cualquier signo ficticio de positivismo y seguridad.
Ya el aire comenzaba a humedecerse y enfriarse. El tiempo retomó su habitual paso y constancia.


1 comentario:

Anónimo dijo...

yo a esas franjas me las como a cucharadas!!!juas juas