A veces me convenzo de que la estupidez se llama triángulo, de que ocho por ocho es la locura o un perro.
Julio Cortázar - Rayuela.
Perdón, ¿alguien dice que las burlas están sobrevaloradas? ¿Alguien niega que los engaños circulan a través de nuestros ojos sin que los podamos ver? ¿Alguien dice que una mirada es comparable a la importancia de una simple mierda? ¿Alguien es capaz de creer cada sustantivo y onomatopeya pronunciada por estúpidos labios? ¿Alguien puede afirmar lo que es sentir? ¿Alguien sabe lo que es conocer?
¿Quien no se deja engañar por las burlas? ¿Quien no niega que nos envolvemos de engaños? ¿Quien no dice que una mirada puede carecer de importancia? ¿Quien no dice que las palabras nos confunden constantemente? ¿Quien no afirma lo que es sentir? ¿Quien no sabe lo que es conocer?
Yo no sé. Afirmo que sé. Creo. Digo. Hablo. Repito. No sé.
¿Y tú? Prueba a dar una brazada en medio de una piscina de agua helada, nota como el cerebro comienza a congelarse. Nota el insufrible dolor de tu cabeza, nota tus dedos pudrirse. Sal de ahí. Corre. Siente el agua caliente brotando por toda tu piel. Observa como finas gotas caen de tus ojos. Apártalas. Pero no te engañes. Eso no es agua.
El viejo, de nuevo, se encontraba en la misma esquina. Una vez más, aseguraba haber visto un gato morado entre la multitud que circulaba por la zona peatonal. Decía que no era morado, pero que él mismo lo había visto así. No era sinestesia. Era una ilusión. Una ilusión provocada por el hambre. Hay constantes ilusiones de este tipo. Crees entender o ver o saber, pero a veces necesitas leer un texto diez veces para escrutar todos los detalles. Bueno, puede que tú no... Sólo la gente que quiere o necesita saber la verdad. Los que se envuelven en mentiras no requieren de esta práctica. Sin embargo, Iria sí creyó al viejo. Sabía que no era verdad. Le creyó. Hay constantes ilusiones de este tipo.
Discúlpenme…
Imagen: el mal y la felicidad están siempre cerca durante la niñez, por angelcurls.
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