5/9/07

Mintiéndole al tiempo y al espacio.


... tiempo de pedir antojos a la luna, de amontonar proyectos que no se cumplirían. Tiempo de esperar, con la ilusión intacta, a que las cosas fueran llegando.

No eran buenos tiempos ni malos. Eran los únicos que tenían.

Espido Freire - Melocotones helados.



Cuando por fin todos vieron a Iria muerta, el aire, hastío, se cargó de malestar y arrogancia, como si envidiara esa situación. Los demás sentían la irreparable fuerza de la gravedad sobre sus ojos que no dejaban de mirar hacia abajo, mientras su autoestima se encontraba ya cerca de la luna. La respuesta de todos los momentos en los que había hecho de sus palabras una contradicción radicaba en todas aquellas miradas, en el interior de todas aquellas actitudes. Pero todo esto ocurriría un tiempo después, cuando Iria muriera. Por el momento, continuaba esquivando principios y caídas para adentrarse en el interior de las cosas, en el análisis de lo verdadero... o de lo que más se asimilara a ello.

- Fíjate en los ojos.
- No puedo, lloraría.
- Pues fíjate en la boca.
- No puedo, me enfadaría.
- No mires.
- Necesito mirar, es lo único que necesito para vivir, al igual que tu necesitas comer para sobrevivir. El inconveniente más relevante de todo esto es que no estás sola en el mundo y, por tanto, debes escuchar el resto de palabras y aguantar cualquier tipo de mirada. La solución sería encontrar la armonía entre la mente y las emociones. Equilibrio.
- Todo en función de todo. Por eso todo vuelve a brotar.
- Tiempo.
- Sí, sólo necesito tiempo.

Imagen: sosteniendo un trozo de tiempo en las manos, por $micahgoulart.

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