¿Problemas en el paraíso?

Risa despechada inundaba los pulmones. Sonrisas inundadas de bienestar. Futuros inciertos, algunos macabramente oscuros pero ante todo, la soledad de grupos de gente fuera de lo común.

Allí el realismo no se confundía con la exageración para hilar situaciones sobrevaloradas, deseos sobrevalorados. Realismo e ilusión convivían en una armonía moderada. Realista e ilusa pero ante todo realista. Al fin y al cabo es el verdadero ser que justifica la existencia de todo lo demás.

Realidad. Confusa y soberbia, a veces imperceptible. Tan alejada de lo cotidiano, en ocasiones, tan separada de la felicidad...; pero, una vez captada la verdad de las cosas, brotan sentimientos de satisfacción que parecen no alejarse nunca. Verdad subjetiva, verdad propia de cada uno.

No hay otro paraíso que podamos conocer.

Imagen: Caravia '08.