Quizá ni siquiera estaba mal hecho. El mundo era como era y había en él pulgas, chinches, ratas; había en él dolor y daño, desde luego, pero no se trataba de un dolor y un daño puestos ahí para amargarme, no, ni siquiera era correcto decir que había pulgas, chinches, ratas, dolor y daño como si fueran las partes de una totalidad. Lo que había era una lógica de la que se desprendían, entre otras cosas, las chinches y las ratas; una lógica de la que me desprendía yo y el conductor del taxi y su hijo loco...
26/2/08
No es una postura cómoda.
21/2/08
"Yes, baby. I understand you."

Imagina que estás ante la conversación de tu vida (no espontánea). La comienzas con una seguridad atroz, con la mayor de las razones y la mejor de las tranquilidades. Estás convecido/a de que llevas las riendas de la situación y de que ni la más alta de las personas altas sería capaz de coger, y escupirte. Sigues pronunciando palabras infranqueables e indudablemente coherentes porque tú puedes, estás ante la conversación de tu vida (no espontánea). Así continuas hablando y hablando, creyendo ciegamente que la otra persona caerá sucumbida ante tus verdades; pero, de pronto, escuchas sonidos extraños que para nada te agradan, hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, van formando palabras rotundas e, inmediatamente, cobran la forma de claras frases herméticas que, siempre con inmensa tranquilidad, degradan tus creencias y principios y te impiden tirarte de cabeza al pozo de la gloria y la razón. Es en ese momento cuando comienzas a resistir teorías con las que no estás de acuerdo, que desbaratan aquellos textos que tan bien planteados estaban en tu mente. Ahora es cuando te conviertes, sin apenas exagerar (¿apenas?) en un sadomasoquista. Ahora ya está, comienza tu camino de la incertidumbre y la angustia porque, no, no podría ir de esta forma la conversación de tu vida (¡de tu vida!). Sin embargo, estás dotado/a de una capacidad sobrehumana para prolongar una situación dañina (todavía no dolorosa).
Ya está. Han pasado unos días y llegan al pensamiento aquellas palabras y frases que habías aguantado casi impasiblemente. Entonces, comienzan a aparecer nudos en la garganta y en el estómago, sudoraciones, humedecimiento de los ojos con su consiguiente ceguera. Ahora sí, sí, sí. Ahora todo duele. Pero no son las palabras, son su recuerdo, ya que, parece ser, no tenemos la capacidad de analizarlas en el momento de su producción, lo que conlleva el no decir todo lo que uno quiere. Y es que carecemos de inteligencia para saber sortear las dificultades y ser espontáneas en situaciones non gratas. Es como si necesitáramos tiempo (horas, días, semanas...) para analizar todo lo dicho y poder crear con ello la coraza del dolor que se adherirá prologadamente a nosotros. Y esto... ¿por qué? No sé. ¿Nos volvemos idiotas cuando nuestros deseos están por medio?
3/9/07
Escuchando algún sentido.

Este, ese, aquel. Ninguno. Mío, tuyo, suyo. De nadie.
" Alzó su mano y tocó suavemente la superficie helada del espejo. Sintió algo fluir. Había alguien al otro lado. Dio un paso hacia alante y estiró más su brazo. Fue entonces cuando pudo percibir la textura líquida de ese espejo, las bocanadas de aire que agitaban la otra parte, el otro lado, aquello inimaginable. Se extrañó, pues en esa otra parte de la realidad, se encontraba, perpleja, frívola, petrificada, una mujer, de pie, fijando su mirada, indudablemente retraída, en ella, en ese espejo de aquel baño. Sintió la necesidad de traspasar la barrera y hundirse en aquellos ojos, aquella piel, aquel cuerpo. Fundirse en ella para enseñar y hacer comprender que todo aquello existía, que lo que no era verdad podría serla en otro mundo, en otras perspectivas, que lo relativo podría dejar de serlo visto desde otros ángulos, en paisajes desconocidos donde la gente podría o no ser humana y las personas no piensan, sino que fluyen y se mecen con el viento hasta llegar al próximo instante de aprendizaje y preparación. En ese lugar desconocido, en ese lugar donde las ilusiones son producto único y exclusivo de los sueños. Donde los sueños no se experimentan despierto, sino que ocurren en el momento de dormir. Párpados caídos. Dormir. "
Iria se despertó, por fin, sintiéndose macabramente olvidada pero observada, a la vez. Sintió una relajación penetrante en cada poro de su piel y sintió que cada hecho pasado era algo mordaz, pesado para su cuerpo y su mente. No olvidaría ese sueño en el que ella no era la protagonista, en el que no hacía otro papel, sino el de estar presente sin hablar, sin moverse, callada, hermética. Pensó que aquel debiera ser el verdadero y conveniente guión de la película.
1/9/07
Escupiendo recuerdos.

" Mierda, ya es uno. Ya es uno y ya es otro mes sin... sin todo que no es nada. Que lo tengo todo y me faltan cosas, demasiadas cosas. Una cosa. O dos. O tres. No. Una. Da igual. Es fácil de entender. Empieza otro más, otro mes más que se va y no vuelve; y, ¿por qué? Méteme en un barril de cemento y deja que me seque hasta que mi cerebro se quede petrificado y no pueda pensar más. Alomejor eso es bueno. Mierda. No es bueno. Yo pienso. Seguiré haciéndolo. ¿Molesto?
Malditos ignorantes, malditos niñatos típicos. "
Otro mes igual.
- No es pensar, es ver.
- Flashes de palabras inundan la vista.
- Aprende a hablar sin trabucos, sin dobles sentidos.
- ¿Aprendo a hablar con mentiras?
- Aprende a fingir.
- Ya sé fingir.
- Aprende a fingir en cualquier momento.
- Primero, quiero presenciar su asesinato.
31/8/07
Comiendo corazones.

- Tengo los labios agrietados.
- Será por tus palabras. Aunque no creo que puedas ser la culpable. Escuchas y piensas y luego hablas... Así te creaste, así eres, en función de todo. Dependes de todo y de nada, a la vez. Eres Dios(a) y eres Demonio, eres una rayita de pintura y un lienzo descomunal.
- Soy yo.
- Eres tú. ¿Quien eres? No valen descripciones vomitivas de tu persona, ni afirmar tus múltiples defectos y virtudes. No vale alegar que eres consciente de todo lo que ocurre a tu alrededor, que miras a los demás y, de algún modo, percibes lo que ocurre, ves ese alo de luz que los envuelve y los descubre ante tus ojos cegados por todo lo demás. Esos ojos que tú afirmas acechadores y limpios. ¿Quien eres?
- Yo sé que no sé...
- ... nada. Y es verdad. No sabes nada pero, por momentos, piensas que sí, que entre todo el tumulto de gente que puedes encontrarte en el andén de una estación, en un cine o en un restaurante, eres más cuerda, piensas que te puedes enfrentar con mayor dignidad a todo porque tú, eres más inteligente, más puntual en tus recursos, en tus criterios. Ahora no niegues que tus labios agrietados no están así a causa de todas las barbaridades que escupes, ni de todas las mentiras que debes decir.
- Sí, pero mis palabras no me hacen daño a mí. Mis labios no sufren por lo que digo, no se cansan ni se rompen por los enrevesados torbellinos de frases analizadas que suelto al aire.
- Tú puedes creer lo que tu mente vea, de modo que puedo considerar lógico que razones de esa forma. Es así.
- Vaya, pénsandolo bien, deben dolerte mucho. Te duelen, ¿verdad?
- Sólo cuando me como el corazón.
Imagen: toda sangre sobrante debe salir para continuar fluyendo.
30/8/07
Bebiendo lágrimas.

Existen muchos modos de matar a una persona y escapar sin culpa: es fácil deslizar una seta venenosa entre un plato de inofensivos hongos.
Existe también una forma antigua y sencilla: la expulsión de la persona odiada de la comunidad, el olvido de su nombre. Durante algún tiempo el recuerdo aún perdura, pero los días pasan y dejan una capa de polvo que ya no se levanta. Todo el pueblo se esfuerza en dejar atrás lo sucedido con los puños apretados y la voluntad decidida, y poco a poco, el nombre se pierde, los hechos se falsean y se alejan, hasta que, definitivamente, llega el olvido.
Llega la muerte.
Es fácil. Una vez habituados a él, el olvido resulta sencillo. La muerte, que flaquea con la edad, ayuda a enterrar el pasado. A veces las puertas se abren y surgen los antiguos fantasmas. Otras, la mayoría, permanecen cerradas, y los muertos no regresan de la muerte, ni del olvido.
Es fácil. Se olvida todos los días.
Espido Freire - Melocotones helados.
- Y, ¿dices que no te importa no olvidar?
- Con los niños todo es más fácil.
- Y, ¿dices que todos son niños?
- Al menos sí su cerebro. Preguntas cortas, respuestas cortas. Demasiada poca inteligencia para mantener una conversación más extensa, con más contenido. Demasiada poca paciencia para elegir volver a repetir lo mismo y aún menos paciencia cuando nadie entiende tus palabras.
Era fácil diferenciar una buena intención. Al menos lo era para ella y para su mente... Nada capaz de convencer.
" Ahhh... Sois unos malditos microbios. "
Imagen: para olvidar también sirve desviarse, por girltripped.
28/8/07
Identificarse con algo. Autoayuda.

Coger la respiración y querer parar de una vez el reloj. Correr en la misma dirección o quedarse parado. Quedarse parado en la eterna canción. La misma historia, distinta versión. Sufrir.
Despistamos a los miedos, va muriendo este silencio que te corta la respiración. No es escapar, simplemente buscar un sentido, una dirección, que cada día seamos más, que no se apague tu voz; buen abrigo cuando falta el calor.
Soltar la respiración y, esta vez, echar a correr el reloj. Llegar a una misma conclusión: no quedarse parado.
No hay solución.
Desorden - No hay solución.
Y, de repente, un ángel, pero, no era el típico ángel bíblico, alado, luminoso y lleno de virtud. Es un ángel de palabras, es una versión, notas de identificación que ella misma se encontró así, de repente.
Imagen: a éstas no se las lleva el viento, por earmarked.